A pesar de su popularidad, bien ganada por permitir un uso menor de grasas en las cocciones de alimentos, la freidora de aire está bajo la lupa de la ciencia médica, debido a los posibles riesgos que puede ocasionar en la salud de quienes las usan, en especial por el desarrollo de ciertos tipos de cáncer, entre ellos los de endometrio, ovario, páncreas, mama y esófago.
Las altas temperaturas que el artefacto genera pueden producir acrilamida, una sustancia considerada por algunos estudios como sospechosa por su potencial carcinógeno, tal como lo reporta el Instituto Nacional del Cáncer en Estados Unidos.
"En el cuerpo, la acrilamida se convierte en un compuesto químico llamado glicidamida, la cual causa mutaciones y daños al ADN. Sin embargo, un gran número de estudios epidemiológicos (tanto estudios de casos y controles como estudios de cohortes) en humanos no han encontrado una evidencia consistente de que la exposición a la acrilamida de la dieta esté asociada con el riesgo de algún tipo de cáncer", reporta la institución.
Una razón de estos resultados inconsistentes de estudios en humanos, explica el reporte, llega a ser cierta dificultad por determinar el consumo promedio de acrilamida de una persona basándose en la dieta reportada por la persona.
Tomando en cuenta que estudios en modelos animales han encontrado que la exposición a la acrilamida incrementa el riesgo de varios tipos de cáncer, las freidoras de aire pasan a ser consideradas como potencialmente peligrosas.
Ante las sospechas, la acrilamida fue ya clasificada como un probable carcinógeno humano por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC).
Además de generar dudas por su potencial carcinógeno, la sustancia también presenta riesgos neurotóxicos, sobre todo en eventuales sobreexposiciones de este componente en el ser humano.
Un estudio sueco de 2002 llevó a la Unión Europea a clasificar a la acrilamida como "probable carcinógeno para los humanos", por lo que recomiendan desde entonces cuidar la exposición lo más que se pueda.
En el caso de las freidoras de aire, además son productoras moléculas polifluoradas, relacionadas a su su revestimiento antiadherente, que también ha llamado la atención de los investigadores en algunos estudios contra el cáncer.
Así que si tienes una en casa, seguir algunas recomendaciones básicas pueden reducir el riesgo que causar problemas a tu salud:
Ajustar la temperatura: cocinar a temperaturas más bajas puede ayudar a reducir la formación de acrilamida.
Evitar tiempos de cocción prolongados: los periodos más cortos pueden disminuir la producción de acrilamida.
Elegir alimentos adecuados: los ricos en carbohidratos, como las patatas y los cereales, son más susceptibles a la formación de acrilamida.