La epilepsia es un trastorno neurológico crónico caracterizado por convulsiones recurrentes e incontroladas debido a una actividad eléctrica anormal en el cerebro. Afecta a más de 65 millones de personas en todo el mundo, convirtiéndose en una de las enfermedades neurológicas más comunes y disfuncionales.
Desde el año 2015, cada segundo lunes del mes de febrero -en 2025 corresponde al día 10- se conmemora el Día Internacional de la Epilepsia, una jornada para educar y concienciar a las personas de todo el mundo sobre esta patología neuronal.
Las causas de la epilepsia pueden ser variadas y en muchos casos, la causa es desconocida. Algunas razones comunes incluyen lesiones cerebrales traumáticas, infecciones del cerebro, anomalías genéticas, tumores cerebrales y enfermedades neurológicas como el Alzheimer.
Según la Dra. Lily Wong-Kisiel, neuróloga pediátrica de Clínica Mayo, "la epilepsia es el resultado de una actividad eléctrica anormal del cerebro, también llamada crisis epiléptica, que es una especie de tormenta eléctrica dentro de la cabeza".
Los síntomas de la epilepsia pueden variar significativamente. Algunas personas experimentan episodios breves de ausencia, mientras que otras pueden tener convulsiones más severas que involucran temblores y pérdida de conciencia.
Las convulsiones pueden ser focales, afectando una parte específica del cerebro, o generalizadas, afectando todo el cerebro. Los síntomas pueden incluir sensaciones extrañas antes de una convulsión, conocidas como auras, y comportamientos inusuales como movimientos repetitivos o pérdida de control de la vejiga.
En los últimos años se han desarrollado varios tratamientos innovadores para controlar la epilepsia, entre ellos estas cinco opciones novedosas:
Terapia genética: investigaciones recientes han explorado el uso de terapias genéticas para tratar la epilepsia hereditaria, que buscan corregir las mutaciones en genes que causan la enfermedad.
Estimulación cerebral profunda (DBS): este tratamiento implica la implantación de electrodos en el cerebro para enviar impulsos eléctricos que ayudan a reducir las convulsiones.
Dieta cetogénica: una dieta alta en grasas y baja en carbohidratos ha demostrado ser efectiva para controlar las convulsiones en algunos pacientes con epilepsia refractaria.
Terapia con células madre: la investigación está en curso para utilizar células madre en la reparación del daño cerebral y reducir la frecuencia de las convulsiones.
Nuevos anticonvulsivos: se están desarrollando nuevos medicamentos antiepilépticos con menos efectos secundarios y mayor eficacia en el control de las convulsiones.
La epilepsia es una enfermedad compleja que afecta a millones de personas en todo el mundo. Aunque aún queda mucho por descubrir, los avances en la investigación y el tratamiento ofrecen esperanza a quienes viven con esta condición.
Como lo menciona la Dra. Lily Wong-Kisiel, de la Clínica Mayo, "la epilepsia no es contagiosa y cualquiera puede tenerla, pero con el tratamiento adecuado, muchas personas pueden llevar una vida plena y activa".