La carne creada en laboratorio o las interfaces que conectan a los cerebros humanos con una computadora, son inventos que probablemente no se verían hoy en día sin el legado de grandes inventores del siglo XIX y XX. Desde Benjamín Franklin y su batería almacenadora de electricidad, hasta Tim Berners-Lee con el internet que ideó, los genios de hoy deben sus inventos a sus predecesores. Aquí tres que, sin duda, destacan por su inventiva y la importancia de sus logros en el campo de la ciencia.
El símbolo de una bombilla encendida, como ícono del nacimiento de una idea sobresaliente, es el mejor homenaje para Thomas Edison, su inventor y creador de otras 1.092 invenciones registradas.
Nacido en Ohio, Estados Unidos, en 1847, Edison se empeñó en campos de la ciencia y el mundo empresarial, desarrolló varios artilugios que luego permitió la generación eléctrica para todos, el surgimiento de canales de comunicación masiva y la grabación de sonidos para películas, entre otros. La cámara de cine, el fonógrafo y el micrófono son apenas tres de sus brillantes creaciones que llegan a nuestros días con una presencia indiscutible.
Su presencia en este grupo de inventores es difícil de describir en términos numéricos, porque los inventos de Nikola Tesla son incontables. Comienza con su obsesión por la corriente alterna, lo cual generó la electrificación de los hogares en países enteros gracias a sus empeñosos trabajos.
De origen serbio, nació en 1856 y con apenas tres años de edad ya sentía curiosidad por la electricidad. En su edad adulta, se convirtió en un rival para Thomas Edison, cuando ambos establecieron una carrera de resistencia por ser el primero en lograr la patente por el descubrimiento de la electricidad, ganándola finalmente y logrando con ella el reconocimiento de toda la sociedad científica mundial.
Los inventos de Louis Pasteur, en cambio, generaron un salto significativo en la sanidad y la salud humana hasta nuestros días. A Pasteur se le reconoce el descubrimiento del proceso de pasteurización, gracias a sus estudios sobre la generación espontánea de microorganismos responsables de muchas de las enfermedades conocidas hasta el siglo XIX.
Nació en Francia, en 1822, se dedicó a la investigación en campos de la química y la microbiología, logrando demostrar el proceso de fermentación y la participación de las bacterias en la generación de enfermedades. Sus descubrimientos fueron significativos en la creación de vacunas contra el cólera y la rabia. El proceso de pasteurización, de hecho, debe su nombre a este científico francés, como justo homenaje a su invención.
En la actualidad, estos inventos se perciben como fundamentales en hacer más viable y confortable la vida en el planeta, razón por la que todos los nueve de noviembre se celebra el Día Internacional del Inventor.