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Los cinco momentos que marcaron la vida de Silvia Pinal

Silvia Pinal, sin duda la gran actriz del cine, la televisión y el teatro mexicano, murió en Ciudad de México, a la edad de 93 años. Nació en Guaymas, Sonora en el año 1931 y era muy joven cuando inició una carrera brillante en el campo de la actuación, que abarcó más de siete décadas de éxitos y, como humana que era, también con algunas controversias.

Aquí intentaremos hacer un resumen de cinco de los aspectos más relevantes de un legado peculiar que trasciende, incluso, las fronteras mexicanas y lo expande al mundo entero de las artes.

Nació en Sonora en 1931

Los cinco registros existenciales de Silvia Pinal

Uno: Silvia y su vida familiar

Se casó cuatro veces: con Rafael Banquells Garafulla (1947 al 1952), con Gustavo Alatriste (1961 al 1967), con Enrique Guzmán (1967 al 1978) y con Tulio Hernández Gómez (1982 al 1995). Y de las cuatro relaciones, también tuvo cuatro hijos: Sylvia Pasquel, Viridiana Alatriste, Alejandra y Luis Enrique Guzmán.

Viridiana Alatriste perdió la vida en un accidente automovilístico, a la edad 20 años. El hecho ocurrió en 1982, dejando a la actriz y a sus hermanos devastados por el duro golpe que significó esta inesperada tragedia.

Dos: Silvia Pinal y el teatro

La actriz comenzó en los años 40 en el teatro, participando en más de 40 obras a lo largo de su vida. Algunas de sus producciones más destacadas fueron Los Caprichos de Goya (1947), Nuestra Natacha (1948), El sueño de cristal (1949) y Celos del aire (1950).

Silvia Pinal fue pionera en la producción de obras de comedia musical en México, realizando lo que fue la primera obra musical del país azteca en 1958: Ring, Ring, llama el amor. También trabajó en producciones internacionales como Mame y Hello, Dolly!

En 2022, con 91 años de edad, Pinal regresó al teatro, al participar en la obra Caperucita, ¡qué onda con tu abuelita!, generando una ola de críticas y preocupaciones por su estado de salud y las dudas lógicas de no estar en condiciones de resistir las exigencias propias de una temporada teatral. Aun así, lo hizo.

Tres: Silvia y el cine

Su legado en el mundo de la actuación en cine es inconmensurable, luego que trabajó en más de 80 producciones cinematográficas mexicanas e internacionales. Fue la musa de un vanguardista de la imagen en movimiento como lo fue el español Luis Buñuel, con quien protagonizó películas singulares como Viridiana, El ángel exterminador y Simón del desierto.

También compartió pantalla con grandes actores del cine mexicano, entre ellos Pedro Infante y Germán Valdés, también conocido por el apodo de Tin Tan. Su belleza fue muy admirada en sus años mozos, al punto de haber impresionado al muralista Diego Rivera para que le pintara un retrato, que colgaba en la sala de su casa.

Silvia y sus oponentes

Cuatro: Silvia y sus oponentes

No le caía bien a todos ni su estilo de actuación convencía a algunos críticos. A lo largo de su carrera artística, Silvia Pinal tuvo algunas oposiciones, como por ejemplo en el crítico Emilio García Riera, que con un estilo mordaz despedazó varios trabajos de la actriz, aunque eventualmente también llegó a reconocer su talento.

El periodista y escritor, Manuel Buendía, también tuvo opiniones divididas sobre Pinal, a veces criticándola duramente en sus columnas. Y Adela Micha, periodista y actriz, tuvo varios enfrentamientos públicos con Silvia Pinal, especialmente en torno a la cobertura de su salud y su regreso al teatro en 2022.

Cinco: Silvia y sus defensores

Así como algunos le oponían, muchos otros la defendieron como la excepcional actriz que fue. Luis Buñuel, por ejemplo, con quien trabajó en varias películas icónicas, siempre habló muy bien de su talento y profesionalismo.

Pedro Almodóvar, el director español con quien trabajó en Dolor y gloria (2019), llegó a expresar en múltiples ocasiones su admiración por Silvia Pinal y su legado en el cine.

Su hija Alejandra Guzmán, a pesar de una adolescencia conflictiva con su madre, igual siempre fue su más fiel defensora, así como su hermana Sylvia Pasquel.

Fue el público mexicano, sin embargo, su soporte principal y fortaleza más férrea. A lo largo de los años, el público le mostró un gran cariño y respeto, apoyándola en sus proyectos y defendiéndola de las críticas.

Silvia Pinal tuvo una vida intensa, de mucho trabajo, recompensado seguramente por el amor y la fidelidad de sus fanáticos seguidores. Ahí quedará sembrado eternamente su legado.

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