En esta página no dejamos de sorprendernos con las celebraciones más locas, pero a la vez conscientes que día a día se realizan alrededor del mundo. Por ejemplo, el Día Internacional de la Camisa Arrugada se celebra el 20 de diciembre, una jornada que tiene el ecológico objetivo de concienciar sobre el impacto ambiental que produce el planchado de la ropa.
La lógica va así: resulta que la plancha es uno de los electrodomésticos que más consume electricidad en nuestras casas, por tanto que cada vez que la usas para aplanar las arrugas de tu vestuario contribuyes al calentamiento global y al cambio climático. ¿Qué pasa si un día sales con tu camisa arrugada y de paso impones una nueva moda para que todos te sigan, dejando de usar la plancha con tanta frecuencia?
Es verdad que el planchado de las piezas de vestir es una costumbre que se arraigó luego de la Primera Guerra Mundial, cuando por razones sanitarias se utilizaba el calor sobre las prendas para eliminar bacterias y otros microorganismos que causaban enfermedades graves, como la fiebre epidémica y el tifus, sobre todo entre los soldados que pasaban largo tiempo entre las trincheras de los frentes de batalla.
Además del alto consumo de electricidad, la plancha emite dióxido de carbono. Cada vez que sales con tu camisa arrugada estás contribuyendo a lo equivalente de plantar siete árboles, apagar 12 lámparas de luces de 100 wt o absorber el dióxido de carbono de siete autos en marcha. Sacando cuentas, no es nada despreciable la acción de parecer un poco desaliñado, al menos un día al año.
Resulta que también las planchas tienen un impacto directo en la huella de carbono, con una potencia estimada entre 1.000 y 3.000 vatios, que es de hecho muy superior a la potencia de un refrigerador, la cual ronda unos 300 vatios.
La curiosa invitación resulta de una iniciativa tomada por organizaciones civiles y no gubernamentales argentinas, entre ellas la Red Solidaria, Dondereciclo.org y Mundo Invisible, movidas por la genuina preocupación por los cambios en el ambiente. Y es que están convencidos que también una camisa arrugada de vez en cuando puede contribuir en algo a salvar al planeta.
La acción es clara y contundente: invitar a las personas a no planchar sus prendas de vestir y a llevarlas arrugadas el día 20 de diciembre. La celebración busca también promocionar otras alternativas sostenibles, como lavar la ropa con agua caliente y suavizante de telas, colgarla directamente de la lavadora para secarla naturalmente y aprovechar el vapor del agua caliente de la ducha para eliminar arrugas.
"Esto es motivo suficiente para apagar la plancha por un día. De esta manera contribuiremos a frenar el calentamiento global y el cambio climático. Por cada 100 personas que no planchen sus prendas de vestir por un año se plantarían unos 255.000 árboles ¡Impresionante!", creen los promotores de tan peculiar iniciativa.