Para conmemorar a Louis Braille, el creador del sistema de escritura y lectura táctil, especial para las personas que no pueden ver, todos los cuatro de enero se celebra el Día Mundial del Braille. La celebración busca concientizar sobre la importancia del braille como medio de comunicación, destacar los logros de las personas ciegas y promover así la inclusión social de las personas con discapacidad visual.
Louis Braille nació en Francia en 1809, quien tras tener un accidente en el taller de su padre perdió la vista a los tres años de edad. Aún con el impedimento de no poder ver, estudió en el Real Instituto de Jóvenes Ciegos de París, donde desarrolló un modo único a partir del método de lectura y escritura táctil creado anteriormente por Charles Barbieri.
En el sistema braille de escritura se utilizan celdas táctiles de seis puntos en relieve, que se van organizando en una matriz de tres filas por dos columnas, logrando combinaciones de puntos que permiten crear 64 símbolos diferentes para letras, signos de puntuación, números, notación científica, símbolos matemáticos e incluso los signos musicales.
Es un proceso de producción editorial muy detallado y cuidadoso que implica varias etapas, que te las explico a continuación:
Digitalización: si el libro original es en papel, se escanea para convertirlo en un archivo digital, mientras que sí ya está en formato electrónico se puede utilizar directamente.
Reconocimiento Óptico de Caracteres (OCR): el archivo digital se procesa con un software de OCR para extraer el texto del documento, el cual se revisa y corrige para asegurar su precisión.
Conversión a braille: una vez corregido, el texto se convierte a braille, utilizando un software especializado como el EBRAI.
Revisión y corrección: una vez convertido al braille, se revisa el texto para asegurar que no hayan errores y que sea comprensible, fase que queda a cargo de profesionales especializados, especialmente si el contenido incluye gráficos complejos, fórmulas matemáticas, o ilustraciones.
Creación de táctiles: si el libro incluye imágenes, gráficos o diagramas, se crean versiones táctiles de estos elementos, dibujando y reproduciendo trazos en papel micro capsulado, que luego de pasar por un horno de infrarrojos se generan los relieves.
Impresión y encuadernación: tanto el texto en braille, como las ilustraciones táctiles, se imprimen y encuadernan para crear el libro final.
Distribución: una vez terminado, el libro braille se distribuye a las personas con discapacidad visual a través de bibliotecas, organizaciones de servicios para personas con discapacidad e instituciones educativas.
Un hermoso proceso de producción editorial que asegura a las personas con discapacidad visual el que puedan acceder a la información de manera efectiva y comprensible.