Cada dos de enero se celebra el Día Internacional del Policía, con la intención de honrar y reconocer la labor de los oficiales de la ley en la cotidianidad de las ciudades y comunidades del mundo, pues son los policías quienes se dedican a mantener el orden público y la seguridad de los ciudadanos.
Los orígenes de esta singular conmemoración se encuentran en el incidente trágico que ocurrió en 1927 en el penal de Andonegui, en Tamaulipas, México, en el que varios policías perdieron la vida por un enfrentamiento con presos.
Pero fue en 1932 que se decidió establecer este día para rendir homenaje a los policías que han fallecido en el cumplimiento de su deber y reconocer tanto el compromiso como la dedicación de quienes realizan un buen servicio a la comunidad. Durante esta jornada, se llevan a cabo diversos actos como desfiles, entregas de condecoraciones y otras actividades para mostrar aprecio y respeto hacia estos valientes profesionales.
Hay estadísticas que subrayan los riesgos significativos que enfrentan los policías en su labor diaria. Por ejemplo, en 2024, se reportó que siete policías fallecieron en el cumplimiento de sus funciones en Costa Rica, un número equivalente un policía muerto cada dos meses. Desde 2014, un total de 29 policías han perdido la vida en el cumplimiento de su deber en ese país.
También en el último año, algunos de los países latinoamericanos con más muertes de policías en el cumplimiento de su deber fueron Brasil, Venezuela, El Salvador y México. Son países que enfrentan desafíos significativos en términos de seguridad pública y criminalidad, por lo que en sus territorios se aumentan los riesgos que corren sus agentes policiales.
Ser un buen policía requiere una combinación de habilidades, cualidades y principios. Aquí te dejo algunos aspectos clave:
Integridad y ética: debe actuar con honestidad y rectitud en todo momento, respetando las leyes y protegiendo los derechos de los ciudadanos.
Empatía y compasión: la capacidad de comprender y simpatizar con las experiencias y emociones de los demás es fundamental para construir confianza y relaciones positivas con la comunidad.
Habilidades de comunicación: escuchar activamente y comunicarse de manera clara y efectiva son esenciales para resolver conflictos y colaborar con colegas y ciudadanos.
Valentía y resiliencia: los policías enfrentan situaciones peligrosas y estresantes. La valentía para actuar en estos momentos, junto con la resiliencia para recuperarse de experiencias difíciles, son cruciales.
Conocimiento de la ley: conocimiento profundo de las leyes y regulaciones es vital para aplicarlas correctamente y de manera justa.
Capacitación continua: formación y el entrenamiento constante en técnicas de intervención, primeros auxilios, y uso de tecnología y equipo moderno aseguran que el policía esté siempre preparado para cualquier situación.
Capacidad de trabajo en equipo: colaborar eficazmente con otros miembros del cuerpo policial y con otras agencias es esencial para abordar problemas de seguridad de manera integral.
Adaptabilidad: capacidad de adaptarse a situaciones cambiantes y responder rápidamente a emergencias es una cualidad importante en esta profesión.
Desarrollo físico y mental: mantenerse en buena condición física y cuidar la salud mental son aspectos cruciales para desempeñar las tareas diarias de manera eficiente.
En fin, que ser un buen policía no es para cualquiera, porque implica un compromiso constante con el servicio a la comunidad y un enfoque en la mejora continúa en sociedad.